La homogeneidad de esta región se encuentra en aspectos humanos, en el especial carácter acogedor de sus habitantes. Su idiosincrasia deriva no de rasgos intrínsecos, genuínos, sino de la mezcla de todos los de las áreas colindantes. Ésta le viene desde la época de la Reconquista, en la que La Rioja era un área apetecida por la que pugnaban Navarra, Castilla y Aragón. Ahora el riojano es riojano y ejerce de riojano, es decir, abierto, hospitalario y ello constituye uno de sus importantes recursos turísticos.